"Es difícil hacerse a la idea de que no volveremos a girar una esquina y nos vamos a encontrar con su oronda figura, (qué coño, era "El Gordo") su tatuaje de Little Richard y su maleta de discos (que probablemente llevaria otro...), mientras nos soltaba un chiste malo, o una rima con algún número" (Pepsounds, La Cocktelera)
WC/ EL MERCURIO DIGITAL.- Se cumplen 16 años de la muerte de Kike Turmix. Enrique Vitoria, más conocido como Kike Turmix, cantante de punk, promotor de conciertos y una emblemática figura de la noche del barrio madrileño de Malasaña falleció el 16 de octubre de 2005 a los 48 años. Kike era uno de los grandes agitadores de la vida musical y una de las figuras más emblemáticas del rock de todo el país, además de promotor de conciertos y creador del sello Safety Pin Records.
Controvertido, irreverente, polémico y absolutamente polifacético, Kike Turmix llegó en 1982 a Madrid, en donde rápidamente se hizo un hueco por su peculiar indumentaria y su pasión por el rock and roll y el punk. Fundó una primera banda, N-634, con la que apareció en los discos recopilatorios Punk, qué punk? y Navidades radioactivas, actividad que compaginaba con sus tareas de periodista musical y promotor de conciertos.
Controvertido, irreverente, polémico y absolutamente polifacético, Kike Turmix llegó en 1982 a Madrid, en donde rápidamente se hizo un hueco por su peculiar indumentaria y su pasión por el rock and roll y el punk. Fundó una primera banda, N-634, con la que apareció en los discos recopilatorios Punk, qué punk? y Navidades radioactivas, actividad que compaginaba con sus tareas de periodista musical y promotor de conciertos.
Posteriormente, fundó el grupo Pleasure Fuckers con el que, a lo largo de once años, hizo giras por Gran Bretaña y Estados Unidos con enorme éxito. Eso le valió codearse con músicos como Stiv Bators o Joey Ramone. Con la creación del sello Safety Pin Records, Kike Turmix dio entrada en España a un gran número de grupos anglosajones que hasta entonces eran completamente desconocidos en el país. Su pasión por el rock le valió las simpatías de prácticamente todo el ambiente musical de la ‘movida madrileña’. Hasta los últimos instantes de su vida.
Era fácil encontrarlo cualquier noche, especialmente los fines de semana, poniendo discos o charlando con otras 'viejas glorias' en los bares más emblemáticos de Malasaña, en el Agapo, el Tupper Ware, el No Fun o la Vía Láctea.
Comentarios
Publicar un comentario