La banda pionera retoma la actividad con su alineación histórica, en una reunión inesperada que se concretó tras un año de conversaciones y un reencuentro que reactivó la química original
Casanovas Casanovas volverá a presentarse en vivo con su formación original este sábado 6 de diciembre en Strummer Bar, donde ofrecerá dos funciones consecutivas. Será la primera reunión del cuarteto pionero del rockabilly argentino desde los años 80, en el marco de un reencuentro que se gestó de manera inesperada y que llega a casi cuatro décadas de su debut discográfico.
La historia de Casanovas se desarrolló en el circuito under porteño de mediados de los 80, en espacios como el Café Einstein, Stud Free Pub y el Parakultural. Allí consolidaron una identidad que combinaba rockabilly, actitud punk y elementos escénicos vinculados a la cultura post-Malvinas. La formación integrada por Pablo Carmona (Pablo Casanova) en contrabajo, Flavio Sarmiento (Flavio Casanova) en voz, Claudio Fernández (Claude Cat Casanova) en batería y Carlos Cruzado (Sid Casanova) en guitarra grabó en 1986 un disco homónimo para RCA, producido por Daniel Melero. El álbum, afectado por la inestabilidad económica del período, tuvo escasa difusión.
En 1988 editaron su segundo trabajo, Somos nosotros, antes de disolverse en un contexto que afectó a numerosos grupos de la época. La vuelta de Casanovas comenzó a tomar forma en agosto del año pasado, cuando Sarmiento se comunicó con Sid Casanova para plantear la posibilidad de reunirse hacia el aniversario número cuarenta de su primer LP. La conexión entre los integrantes se reactivó rápidamente y, al día siguiente, Sarmiento recibió un mensaje de Carmona después de más de tres décadas sin contacto.
A partir de ese reencuentro iniciaron las reuniones para definir un posible regreso. El paso siguiente fue localizar a Claude Cat, quien se sumó sin reparos luego de una búsqueda inicial infructuosa. En noviembre del año pasado, los cuatro músicos volvieron a encontrarse en una sala de ensayo por primera vez desde 1986. Según relatan en una entrevista con Oscar Jalil, la dinámica grupal se mantuvo intacta. En ese proceso apareció la propuesta del ex baterista de Attaque 77, Leo De Cecco, para producir su retorno y llevarlo al escenario de Strummer Bar.
A lo largo de los años, Casanovas se consolidó como una banda de culto dentro del rock argentino. Su primer álbum incorporó influencias del psychobilly y expandió el formato rockabilly hacia atmósferas más oscuras, con referencias que incluían a The Cramps, The Jesus & Mary Chain, Sisters of Mercy y Bauhaus. El cuarteto contó con la colaboración o el reconocimiento de figuras como Andrés Calamaro, Daniel Melingo, Pipo Cipollatti, Gamexane y Luca Prodan, además de músicos contemporáneos que reivindican su legado.
El debut de 1986 nunca fue editado en CD y el vinilo original se volvió una pieza muy buscada. Algunas canciones, como Modelo del 56, Vacaciones en la costa o Ambiente color sepia, mantienen una presencia sostenida en plataformas digitales. Tras la edición de Somos nosotros, la muerte del baterista Ed Cabrón, quien había reemplazado a Fernández, aceleró la disolución del grupo.
En los años posteriores, Carmona continuó ligado a la música desde el jazz, mientras que Sid y Claude siguieron participando en distintos proyectos. Sarmiento se mantuvo activo con bandas como Silverados, Historia del Crimen y Rockband. Por ahora, no hay nuevas fechas confirmadas para Casanovas más allá de las dos funciones previstas en Strummer Bar. Según Sarmiento, el grupo retoma la actividad sin obligaciones externas y con la intención de sostener una dinámica similar a la de sus primeros años: tocar cuando lo desean y sin estrategias planificadas a largo plazo.
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